Uno de los principales problemas a la hora de hacer las tuyas propias consiste en las medidas apropiadas, ¿verdad? Te contamos cómo hacer cortinas calculando la tela necesaria para que queden perfectas.
Las cortinas son los párpados de cualquier hogar y el lienzo sobre el que juegan la luz y el color. Los expertos dicen que es uno de los tres elementos clave para vestir cualquier espacio (la alfombra y la iluminación, los otros dos) y, por ese motivo, somos muy exigentes con ellas, aunque, sí, ¡puedes hacerlas por tu cuenta!
Materiales para hacer cortinas
- Tela para cortinas. La decoración y la luz que recibe tu salón o dormitorio son clave a la hora de elegir el retal perfecto. Aunque, si buscas sugerencias, te recomendamos optar por materiales como el algodón.
- Hilo de un tono similar a la tela escogida.
- Dedal.
- Cinta métrica.
- Alfileres.
- Tijeras de costura.
- Aguja.
- Máquina de coser
- Tiza marcadora.
Cómo confeccionar cortinas paso a paso
1. Mide la ventana para calcular el ancho de las cortinas contando el exterior del marc) y el alto desde el que cuelgan las cortinas hasta el suelo. Calcula el doble de ancho de la ventana para que la tela tenga volumen y ondule. Respecto al alto, recomendamos darle entre 12 y 15 cm extra por la zona superior y la misma por la inferior. Deja 4 cm para los orillos laterales.
2. Corta la tela situándola sobre una superficie lisa y marca con alfileres. Después, traza una línea con tiza y empieza a cortar.
3. Haz un orillo o dobladillo en los lados más largos de la cortina, los verticales, basándote en los 4 cm de tela en cada lado. Si, por ejemplo, decides hacerlo de 1 cm, necesitarás 2 cm de tela. Dobla el borde inacabado de la tela un cm hacia el interior del tejido y vuelve a doblar sobre sí mismo otro cm. Fija con alfileres a medida que vayas realizando el dobladillo.
4. Haz una trabilla continua en toda la zona superior de la cortina para poder introducir la barra. Dobla el borde superior de la tela 12 cm sobre sí misma. Quédate con 2 de los 12 cm para meterlos hacia el interior, de forma que al doblar de la trabilla quede bien rematado.